En el 1995 me fui a estudiar a Badajoz y no pasaba el Club Atletismo Torrejoncillo por su mejores momentos. Por aquellos entonces, sobrevivíamos como atletas federados en Torrejoncillo Roberto (Conejo), Pedro José y quien escribe, el resto eran atletas escolares (más pequeños) inscritos en los JUDEX. Aquella temporadas 95/96, Pepe Moreno decidió no renovar la licencia de club, no merecía la pena pagar la cuota por tres atletas, así que Pedro y Roberto renovaron la licencia como atletas independientes y yo fiché por la UEX (Universidad de Extremadura), club en el que militaba mi amigo Raúl Cambero, con cuyo grupo de entrenamiento iba a comenzar a entrenar en la capital pacense.
Aquella temporada conseguí realizar la mínima de 400 m.l. en pista cubierta, lo que me daba el pasaporte para ir al Campeonato de España Junior que se celebraba en Sevilla. Como he dicho, ni pertenecía al Club del pueblo, ni me entrenaba él, pero sabéis a quién recurrí para que me acompañara…. Yo creo que más de la mitad de los lectores lo intuis, sí, a Pepe, a nuestro Pepe. Cogió su Peugeot 309 Sedán desde Torrejoncillo, pasó por Badajoz a recogerme y nos fuimos juntitos a Sevilla.
Previamente se había encargado de reservar el hotel y realizar todas las gestiones necesarias para que cuando llegásemos no nos preocupáramos más que de competir. Corrí, me eliminaron en la primera ronda y nos volvimos al pueblo a las primeras de cambio. En el camino de vuelta no faltaron palabras de aliento, buenos consejos y una palmada en la espalda animándome a seguir adelante.
Cuando llegué a casa me pregunté, “qué coño hago yo en la UEX, si quien me saca las castañas del fuego es el mismo de siempre”.
Este es uno de los miles de ejemplos que podríamos poner cada uno de los que hemos pasado por las manos de José Francisco Moreno Moreno. Se dedicó y se sigue dedicando cada uno de sus días a buscar el bien de aquellos que, de alguna manera. tengan alguna vinculación con él, los entrene o no, estén en su club o no lo estén, hagan atletismo o lo hayan dejado ya.
Sería imposible contar las personas que han pasado por sus manos y no creo que haya una que tenga que reprocharle algo. Al contrario, estoy seguro que todas ellas esbozan una sonrisa recordando alguna de las anécdotas que han vivido en aquellos viajes con aquel Seat 127, en el Renault 8, o esos entrenamientos en los vestuarios del polideportivo los días de lluvia…
Por eso alabo el gesto que ha tenido el ayuntamiento de Torrejoncillo, desde el pleno, que de forma unánime ha querido homenajear a Pepe Moreno en esta cuadragésima edición del Cross de la Encamisá por su dedicación, a lo largo de estos 40 años, al deporte torrejoncillano en general y al atletismo en particular. Nadie más que él se lo merece y además, los homenajes, en vida, que se disfruten, que después de muertos, lo disfrutan los más allegados, pero el verdadero interesado se queda sin él.
Estos son los verdaderos héroes, estos que tenemos cerca y que nos dan la oportunidad de disfrutar de algunas facetas de la vida sin pedir nada a cambio. En Torrejoncillo se llama Pepe Moreno, pero conozco a muchos otros como Juan Méndez, como Manolo Núñez, como Antonio Fuentes, como Servando Gordillo….
Nunca podremos pagarles el tiempo que han invertido en nosotros, pero al menos sirvan estas líneas de eterno agradecimiento.
