lunes, 6 de enero de 2014

En el fondo, el día de reyes, todos somos un poco niños

El día de reyes prácticamente lo hemos dedicado a ellos, como supongo que casi todos los padres y madres de esta zona del mundo. 

Madrugón de rigor después de varios avisos previos indicando que todavía no había llegado la luz del día, apertura de los primeros regalos, donde no sé si disfrutan más los niños descubriendo finalmente lo que SSMM habían decidido dejarles o la nuestra, observándoles la expresión en sus caras. Para finalizar la mañana visita obligada por las casas de tíos y abuelos a ver si por casualidad habían dejado algo más por allí.

La tarde ha sido menos estresante, aunque no exenta de presión, llega el momento del montaje de los regalos. Tropecientas piezas sobre la mesa y dos personajes metiéndote prisa, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. 

Ese es uno de los verdaderos momentos importantes del día, ese en en el que los padres o madres nos volvemos un poco niños de nuevo, aunque sea por unos instantes nos retrotraemos a la infancia y recordamos aquel o aquellos regalos con los que disfrutamos este mismo día varios años atrás.

Pero el culmen llega cuando hacemos el acto de entrega una vez montado, "toma hijo/a, ahí lo tienes", y ellos te miran y piensan "madre mía, esto solo es capaz de hacerlo mi padre/madre", "efectivamente lo ha hecho tu padre o madre pero con la ayuda de unas instrucciones pensada para que lo monten ...... eso, padres o madres".

En fin, día agotador, pero irrepetible, me encantaría que esta ilusión no la perdieran nunca, pero el tiempo todo lo amolda. Ya han caído rendidos y ahora me toca a mí disfrutar de los míos. Os dejo por Rosa López Casero y su novela, "La Pasión de Balboa", acabo de leer el prólogo y me tiene intrigado...  

    

 

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