Lo cierto es que es una suerte todos los años poder disfrutar un fin de semana completo de actividades y convivencia en algún lugar de Extremadura con la excusa de las mátemáticas. Este año tocó Llerena como sede de la Fase Regional de la Olimpiada Matemática para alumnos de 2º de ESO a la que sólo acceden treinta y uno de más de mil trescientos que allá por el més de abril se presentaron a la fase comarcal.
El guión se repite año tras año y el resultado vuelve a ser el mismo. Desde el viernes a la hora de comer, que suelen llegar al lugar de destino, hasta el domingo a la misma hora, las hadas consiguen hacer de un grupo de tres decenas de desconocidos una piña de amigos que parecen no haberse separado en sus escasos catorce años de vida.
La actividad comienza con el circuito matemático por las calles de Llerena, tienen que buscar los números en las fuentes, en las columnas, en las puertas de esas casas señoriales... y vaya si los hay, "los números están por todas partes". Seguidamente recepción ofical en el ayuntamiento y a descansar que al día siguiente toca la prueba individual y hay que estar despejados.
A eso de las once y media de la mañana del sábado el trabajo está hecho y sólo queda disfrutar. Degustar el programa que cada edición preparan con esmero cada una de las sedes ofreciéndonos lo mejor que tienen. Este año sobre el papel el menú era extenso: El teatro Romano de Regina, el Monumento Natural Mina "La Jayona", la ermina de la "Virgen del Ara" y por último "Experimenta", un Museo de Ciencia Interactivo que han promovido los compañeros del IES de Llerena y que ha ido creciendo como proyecto hasta convertise, sin temor a equivocarme, en el centro pedagógico de las ciencias más importante de la región.
De la Mina "La Jayona" había oido hablar, pero como suele pasar en estos casos, por muchas fotos o vídeos que veas, hasta que no lo paladeas con los cinco sentidos, no lo disfrutas en su verdadena esencia. Para definirla os diría que es una montaña excavada en forma de crater de donde se extrajo hierro en los primeros veinte años del siglo pasado. En el interior de ese enorme agujero existe un microclima en el que sobreviven multitud de especies animales y plantas que a escasos veinte o treinta metros, al otro lado de las galerías sería impensable que existiesen, pareciera que atravesásemos un tunel del tiempo.
Además tuve la fortuna que esta vez me acompañara mi familia y mis hijos pudieron traerse para enseñales a sus amigos nada más y nada menos que una colección de "piedras de oro" (rocas con pepitas que brillaban al reflejo con el sol).
Sólo queda el domingo y aunque en la prensa y en la tele lo que sale son los ganadores, yo de este día me quedo con las caras de satisfacción de todos los chicos y sus familias. Si para ellos esta experiencia ha resultado ser una colección de "piedras de oro" y se lo transmitem a sus compañeros, nuestro objetivo se habrá cumplido y habremos logrado aquello que nos plateábamos cuando empezamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario